Por mucho tiempo la cultura popular las conoció como “muchachas”, “chachas”, “criadas” o “sirvientas”, mujeres con uniforme y delantal que se encargan no sólo de los quehaceres del hogar sino también de hacer las compras o pasear al perro, situación que las coloca como blanco de las “vaciladas” (acoso, le llamaríamos hoy) de albañiles, carniceros, carteros y ruleteros, como podemos ver en infinidad series de televisión o películas del cine mexicano.