SEMANA DE LA LACTANCIA: UN DERECHO HUMANO

Cada año, del 1 al 7 de agosto, se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna en conmemoración de la Declaración de Innocenti impulsada por la OMS y el UNICEF para fomentar la lactancia materna natural y mejorar la salud de los infantes y de las madres. La declaración alienta a nivel mundial el trabajo conjunto de organismos internacionales, gobiernos, servicios de salud y particulares en la promoción y garantía del derecho a la lactancia materna.

Según la Organización Mundial de la Salud, el mejor alimento para la infancia desde el nacimiento y hasta los primeros dos años de vida es la leche materna, y debe ser el método exclusivo de alimentación los primeros 6 meses de edad e irse complementando con alimentos sólidos a partir de ese momento. La privación de la lactancia materna natural es causa de malnutrición infantil y se relaciona con el desarrollo de enfermedades que podrían ser evitadas si ésta inicia desde la primera hora posterior al nacimiento.

La nutrición de calidad en los primeros años es fundamental para la salud, tal y como lo señala la OMS en su documento Lactancia Materna exclusiva. La leche materna es la primera comida natural para las y los lactantes, aporta todas las vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos, grasas y anticuerpos que le protegen contra enfermedades típicas que ponen en riesgo su vida a esa edad, como la diarrea o la neumonía, entre otras.

Además, la leche materna no tiene comparación con ningún sustituto de venta en el mercado, es la alternativa más nutritiva, saludable y económica; las leches artificiales mantienen por lo general un costo elevado y conllevan posibles riesgos en la preparación. En cambio, la leche materna es inocua y se obtiene fácilmente, siempre y cuando la madre se mantenga amamantando ininterrumpidamente desde el alumbramiento, lo que garantiza al lactante el acceso suficiente al alimento y lo fortalece su sistema inmunológico, así como reduce la probabilidad de desarrollar sobrepeso, obesidad, diabetes tipo 2, alergias, colitis ulcerosa, arterioesclerosis o problemas vasculares.

 

La lactancia natural también contribuye a la salud de las mujeres, pues ayuda a espaciar los embarazos (controla la natalidad hasta en el 98% de los casos durante los primeros seis meses), reduce el riesgo de cáncer cervicouterino y de mama, protege contra la osteoporosis, la depresión postparto y el desarrollo de diabetes tipo 2; favorece la contracción uterina después del parto y facilita a la madre volver a su peso corporal previo a la gestación.

Sin embargo, hasta 2014, en México prevalecía una tendencia al abandono o ausencia del periodo de lactancia por factores asociados a la salud de las madres, pero también a aspectos culturales que promueven la omisión de este derecho. La falta de igualdad, la violencia de género, los prejuicios en torno a la práctica en el espacio público, entre otros factores, han dificultado que las madres puedan lactar a sus hijos libremente, poniendo en riesgo la salud de ambas partes.

La Ley General de Salud en su artículo 64, fracción II, impulsa la vigilancia, capacitación y fomento en torno a la lactancia materna, así como a la instalación de lactarios en los centros de trabajo públicos y privados. Por su parte, la Ley Federal del Trabajo señala en su artículo 170 que las madres trabajadoras disfrutarán de un descanso de seis semanas anteriores y seis posteriores al parto y que en el periodo de lactancia tendrán dos reposos al día en su horario laboral para la alimentación del infante, con derecho a sueldo y en un lugar adecuado e higiénico hasta por seis meses.

Durante la celebración de la Semana de la lactancia, la CNDH impulsa el derecho de la infancia y de las madres a gozar de este recurso de nutrición y crianza, tanto en los espacios públicos como en los privados, y hace un llamado a toda la sociedad a reconocer los beneficios de esta práctica natural y de enorme beneficio para la salud.