INTERNET: UNA PUERTA AL MUNDO DE LA TRATA

Internet se ha vuelto parte cotidiana de la vida de una buena parte de la población mundial; a las generaciones que hemos crecido con esta tecnología nos cuesta trabajo imaginar un mundo sin hiperconexión y mensajes instantáneos. Más ahora que vivimos tiempos de aislamiento sociales donde nuestra forma de estudiar, trabajar y divertirnos a recaído casi de manera absoluta en el internet, pero como siempre, no todos es miel sobre hojuelas.

La popularización y la accesibilidad cada vez mayor al internet por parte de gente de todas las edades ha abierto también una puerta para los defraudadores y usurpadores de identidad, que encuentran en el anonimato de internet la herramienta ideal para cometer todo tipo de delitos, uno de los más preocupantes por su impacto es la trata de personas.

¿Pero, cómo es posible que desde la comodidad de su hogar miles de adolescentes puedan terminar siendo víctima de una red de trata e incluso de pornografía? Tan sencillo como encontrar una tentadora oferta de trabajo, una oportunidad para incursionar en el mundo de la moda o los espectáculos que suene demasiado fácil o a veces algo tan sencillo como un romance en línea, esas y otras técnicas son las más utilizadas en redes como Facebook o WhatsApp.

Se sabe de muchos casos donde utilizando una oferta falsa, las jóvenes son retenidas contra su voluntad, abusadas sexualmente y videograbadas para posteriormente seguir siendo víctimas de  amenazas y extorsiones a cambio de no hacer públicos sus vídeos o de no hacerles daño a ellas y sus familias.

También el fenómeno de la desaparición forzada en muchas ocasiones termina estando relacionado a la trata de personas, pues con más frecuencia de la que nos gustaría reconocer, muchas mujeres jóvenes generan vínculos afectivos con tratantes que desarrollan técnicas para enamorarlas y hacerles creer que les ayudarán económicamente y les resolverán la vida, para que una vez convencidas, se trasladen voluntariamente a otras ciudades donde serán ofrecidas en las redes de prostitución y explotación laboral.

El proceso psicológico por el que una víctima de trata pasa es muy complejo y en muchas ocasiones las víctimas no llegan a ser conscientes de la situación que viven, por lo que detectar este delito se vuelve una tarea sumamente difícil para las fiscalías especializadas y las organizaciones dedicadas al rescate de personas.

Considerando que la ubicación geográfica de México resulta muy atractiva para los tratantes y que nuestro país ocupa el primer lugar en pornografía infantil y el segundo a nivel mundial de trata de personas, resulta de vital importancia el diálogo con las y los jóvenes que son quienes más horas pasan en redes sociales y quienes en consecuencia terminar estando más expuestos a este tipo de riesgos y situaciones.

La apertura a la información objetiva sobre este tipo de delitos y sus mecanismos pueden representar una gran diferencia para detectar oportunamente los signos de alerta y poder disfrutar sin riesgos de los beneficios del internet y las redes sociales.